SE FORTALECERÁ EL CONTROL LOCAL

«Brasil tiene un protocolo de carpocapsa cero que es durísimo. Ellos tienen la seguridad de ser un país libre de carpocapsa y lo lograron durante 14 años. Son duros con los italianos, los portugueses, los chilenos, y les rechazan cajones como a nosotros», señaló el secretario de Fruticultura de Río Negro, Alberto Diomedi, al reconocer que la fruticultura valletana arrastra serios problemas sanitarios que llevan ya más de tres años.

Una serie de rigurosos controles buscarán evitar que se envíe fruta infectada a Brasil. Según Diomedi, se desarrollará un amplio operativo que incluirá 300 cortes por cada UP, en cada variedad. «Son 300 cortes por hectárea, 300 frutos que se cortan, y cuando entra la fruta al empaque se hacen otros 300 cortes más y continúan los controles en el momento que se carga el camión al igual que cuando sale a la frontera. Estos cuatro controles tienen que dar cero en la salida. Nos van a controlar hasta si tenemos carpocapsa en las llantas del camión», contó el funcionario provincial.

Los controles se llevarán a cabo con auditorías en campo a cargo de monitoreadores que reportarán la información de los cortes a Senasa. Ingenieros agrónomos inspeccionarán el ingreso de los frutos a los galpones en las básculas y se sumarán los controles durante el proceso de la fruta, la carga y la salida. Los operativos estarán a cargo de Senasa y el gobierno de Río Negro apoyará las inspecciones aportando personal especializado.

«Cada vez que se mueva un equipo va a estar controlado, y eso tendrá un costo altísimo. Vamos a necesitar unas 40 personas más los monitoreadores de campo. El compromiso es no enviar fruta con carpocapsa y el tema es que no vamos a soportar otra vez la frontera cerrada durante 80 días como ya nos pasó. Debemos ser muy estrictos porque la manzana que tenemos hoy como excedente es el resultado de los 80 días en los que no se envió fruta a Brasil. Hay que cortar por lo sano, ser ordenados, y a medida que vayamos haciendo las cosas bien ellos serán más flexibles. Las medidas que había puesto Brasil eran muchísimo más duras y las negociaciones que se hicieron fueron muy desgastantes. Se bajó casi la mitad de las pretensiones que pedía Brasil», agregó Diomedi.

En el mes de marzo una auditoría del país carioca pondrá bajo la lupa la sanidad de la fruta de la región y, en base a los resultados, se definirá el futuro de la relación con la actividad frutícola que se desarrolla en la zona.